¡Hola de nuevo!
Vivimos en una era de sedentarismos
infantil, un tiempo en el que la obesidad ha alcanzado a los niños y niñas más
pequeños. Lejos han quedado (en muchos casos) esas tardes en el parque,
montando en bicicleta, practicando algún deporte…en definitiva realizando
alguna actividad que aporte a nuestro pequeños un desarrollo físico y social.
En muchas ocasiones todo esto está
condicionado por el trabajo, las obligaciones, la falta de tiempo…pero hemos de
plantearnos pequeños retos con ellos.
En el artículo de hoy os vamos a dejar
algunas ideas para potenciar un área muy importante de su desarrollo, se trata
de la motricidad fina y gruesa.
Pasemos a conocer un poco más de ambos
aspectos.
Las destrezas de motricidad gruesa
comprenden los movimientos motrices complejos como lanzar objetos, chutar un
balón o saltar a la comba.
Las destrezas de motricidad fina se
refieren a las actividades que requieren la coordinación ojo-mano y la
coordinación de los músculos cortos para realizar actividades como recortar
figuras, ensartar cuentas o agarrar el lápiz para dibujar.
Este desarrollo no es igual en la niñez,
hemos de tener en cuenta que los niños y niñas desarrollan sus habilidades
psicomotrices finas y gruesas a distinta velocidad, principalmente por las
diferencias morfológicas asociadas a cada uno.
Los niños son ligeramente más fuertes que
las niñas y tienen algo más de músculo, mientras que las niñas tienden a lograr
mayor coordinación en los músculos cortos.
Un saludo
Cristina
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